miércoles, 2 de agosto de 2017

Las emociones en el trabajo

Las emociones en el trabajo 


Todos los conocemos: compañeros de trabajo que nunca tienen nada positivo que decir, bien sea en las reuniones periódicas o haciendo cola de la cafetería. Con unos cuantos comentarios selectos pueden absorber toda la energía que circule en una “tormenta de ideas” 

Su mal humor pone frecuentemente a otros compañeros de mal humor. Su negatividad puede acabar contaminando incluso las buenas noticias. “Se produce un contagio emocional”, dice la profesora de Gestión de Wharton Sigal Barsade, la cual estudia la influencia de las emociones en el lugar de trabajo. “Las emociones viajan de persona a persona como si se tratase de un virus”.


Barsade es coautora de un nuevo artículo titulado Why Does Affect Matter in Organizations?” (“¿Por qué el afecto importa en las organizaciones?) Afecto es una palabra que en los estudios de comportamiento también se emplea para hacer referencia a las emociones. La respuesta a la cuestión: elestado de humor, emociones y temperamento de los trabajadores en general tienen efectos sobre los resultados laborales, sobre los procesos de toma de decisiones, la creatividad, las tasas de rotación, el trabajo en equipo, las negociaciones y el liderazgo.En este artículo, Barsade y Gibson consideran tres tipos diferentes de sentimientos:

·         Emociones puntuales de corto plazo, como la alegría, la ira, el miedo y la indignación.
·         Estados de humor, que son sentimientos que perduran algo más y no están necesariamente relacionados con una causa particular. Por ejemplo, una persona puede estar de buen o de mal humor.

·         Rasgos de la personalidad, que definen el enfoque general de una persona ante la vida. “Siempre es tan alegre”, o “Siempre mira el lado negativo”.







Estos tres tipos de sentimientos pueden ser contagiosos, y las emociones no tienen por qué ser especialmente intensas u obvias para producir un impacto. Demostraciones sutiles de las emociones, como fruncir rápidamente el ceño, también pueden tener efectos, dice Barsade. Y como ejemplo señala lo siguiente: “Pongamos por caso que tu jefe está por norma general de buen humor, pero un día lo ves en una reunión y ves que su mirada es diferente. Aunque no cruces de nuevo la mirada con él durante el resto de la reunión, sus ojos te han desvelado información valiosa que te va a tener preocupado y descentrado el resto de la reunión”.
Barsade sugiere que, aunque algunas personas son mejores que otras en el control de sus emociones, eso no significa que sus compañeros de trabajo no se den cuenta de sus estados de ánimo. “Tal vez pienses que no estás mostrando tus emociones, pero probablemente lo haces a través de tus expresiones faciales o lenguaje corporal. Emociones que incluso no seamos conscientes de que estamos sintiendo pueden influir sobre nuestros pensamientos y comportamiento”.
En el artículo se discute el concepto de “trabajo emocional”, empleado para describir situaciones en que los empleados disciplinan la demostración pública de sus emociones para cumplir con ciertas expectativas. Uno de sus enfoques es la “actuación superficial”, en la que, por ejemplo, el estresado y cansado agente que presta servicios de atención al cliente en una compañía aérea se obliga a sí mismo a sonreír y ser amable con los malhumorados clientes que han perdido su equipaje. Otro enfoque es la “actuación profunda”, en la que los empleados muestran emociones que reflejan sentimientos en los que han trabajado hasta llegar incluso a sentir. En este escenario, el estresado trabajador de la compañía aérea simpatiza con el cliente y muestra emociones que sugieren cierta empatía. En opinión de Barsade, este segundo enfoque posiblemente sea más sano, ya que causa menos estrés y “síndrome de estar quemado”, en particular agotamiento emocional por tener que regular tus propias emociones y “representar un papel”.
Ser demasiado auténtico, ¿tiene puntos negativos? Si la empresa está perdiendo dinero y experimentando los efectos de una reducción de tamaño, ¿debería el manager, estresado y abrumado, trasmitir su desesperación a los trabajadores? ¿O debería intentar parecer alegre y actuar como si nada malo ocurriese? En opinión de Barsade, el manager puede trasmitir emociones que sean al mismo tiempo auténticas y positivas, diciendo cosas como “Se que estáis preocupados. Las cosas no marchan muy bien, pero tenemos soluciones y debemos trabajar juntos en ellas”. Los empleados valorarán la honestidad y les consolará el optimismo, explica Barsade.


Si eres empleador, supervisor , Director de una Empresa o  Departmento , es importante que sepas que  tan desarrollada tienes tu Inteligencia Emocional.

Aqui te dejo un tes de solo 10 preguntas que te ayudara a saberlo.












No hay comentarios:

Publicar un comentario