Las emociones en el
trabajo
Todos los conocemos: compañeros de trabajo que nunca tienen nada
positivo que decir, bien sea en las reuniones periódicas o haciendo cola de la
cafetería. Con unos cuantos comentarios selectos pueden absorber toda la
energía que circule en una “tormenta de ideas”
Su mal humor pone frecuentemente a otros
compañeros de mal humor. Su negatividad puede acabar contaminando incluso las
buenas noticias. “Se produce un contagio emocional”, dice la profesora de
Gestión de Wharton Sigal Barsade, la cual estudia la influencia de las
emociones en el lugar de trabajo. “Las emociones viajan de persona a persona
como si se tratase de un virus”.
Barsade es coautora de un nuevo artículo
titulado “Why Does Affect Matter in Organizations?”
(“¿Por qué el afecto importa en las organizaciones?) Afecto es
una palabra que en los estudios de comportamiento también se emplea para hacer
referencia a las emociones. La respuesta a la cuestión: elestado
de humor, emociones y temperamento de los trabajadores en general tienen
efectos sobre los resultados laborales, sobre los procesos de toma de
decisiones, la creatividad, las tasas de rotación, el trabajo en equipo, las
negociaciones y el liderazgo. En este artículo, Barsade y Gibson consideran
tres tipos diferentes de sentimientos:
·
Emociones
puntuales de corto plazo, como la alegría, la ira, el miedo y la indignación.
·
Estados de
humor, que son sentimientos que perduran algo más y no están necesariamente
relacionados con una causa particular. Por ejemplo, una persona puede estar de
buen o de mal humor.
·
Rasgos de
la personalidad, que definen el enfoque general de una persona ante la vida.
“Siempre es tan alegre”, o “Siempre mira el lado negativo”.
Estos tres tipos de sentimientos pueden ser
contagiosos, y las emociones no tienen por qué ser especialmente intensas u
obvias para producir un impacto. Demostraciones sutiles de las emociones, como
fruncir rápidamente el ceño, también pueden tener efectos, dice Barsade. Y como
ejemplo señala lo siguiente: “Pongamos por caso que tu jefe está por norma
general de buen humor, pero un día lo ves en una reunión y ves que su mirada es
diferente. Aunque no cruces de nuevo la mirada con él durante el resto de la
reunión, sus ojos te han desvelado información valiosa que te va a tener
preocupado y descentrado el resto de la reunión”.
Barsade sugiere que, aunque algunas personas
son mejores que otras en el control de sus emociones, eso no significa que sus
compañeros de trabajo no se den cuenta de sus estados de ánimo. “Tal vez
pienses que no estás mostrando tus emociones, pero probablemente lo haces a
través de tus expresiones faciales o lenguaje corporal. Emociones que incluso
no seamos conscientes de que estamos sintiendo pueden influir sobre nuestros
pensamientos y comportamiento”.
En el artículo se discute el concepto de
“trabajo emocional”, empleado para describir situaciones en que los empleados
disciplinan la demostración pública de sus emociones para cumplir con ciertas
expectativas. Uno de sus enfoques es la “actuación superficial”, en la que, por
ejemplo, el estresado y cansado agente que presta servicios de atención al
cliente en una compañía aérea se obliga a sí mismo a sonreír y ser amable con
los malhumorados clientes que han perdido su equipaje. Otro enfoque es la
“actuación profunda”, en la que los empleados muestran emociones que reflejan
sentimientos en los que han trabajado hasta llegar incluso a sentir. En este
escenario, el estresado trabajador de la compañía aérea simpatiza con el
cliente y muestra emociones que sugieren cierta empatía. En opinión de Barsade,
este segundo enfoque posiblemente sea más sano, ya que causa menos estrés y
“síndrome de estar quemado”, en particular agotamiento emocional por tener
que regular tus propias emociones y “representar un papel”.
Ser demasiado auténtico, ¿tiene puntos
negativos? Si la empresa está perdiendo dinero y experimentando los efectos de
una reducción de tamaño, ¿debería el manager, estresado y abrumado, trasmitir
su desesperación a los trabajadores? ¿O debería intentar parecer alegre y
actuar como si nada malo ocurriese? En opinión de Barsade, el manager puede
trasmitir emociones que sean al mismo tiempo auténticas y positivas, diciendo
cosas como “Se que estáis preocupados. Las cosas no marchan muy bien, pero
tenemos soluciones y debemos trabajar juntos en ellas”. Los empleados valorarán
la honestidad y les consolará el optimismo, explica Barsade.
Si eres empleador, supervisor , Director de una Empresa o Departmento , es importante que sepas que tan desarrollada tienes tu Inteligencia Emocional.
Aqui te dejo un tes de solo 10 preguntas que te ayudara a saberlo.
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